lunes, 28 de diciembre de 2015

La tortura a la que someten al Loris o tarsidos


Capturan, privan de su hábitat y libertad a este animal, tan solo para usarlo como mascota exótica y debido a su gran belleza. Para convertirlo en una mejor mascota, literalmente le arrancan sus colmillos asi no muerde a quien lo adquiere como mascota. Esto lo hacen sin anestesias ni ningún tipo de recaudo, por los que cientos mueren infectados...


Para luchar contra esta crueldad hacia los animales pueden entrar a este sito ademas de informarse 

http://www.ticklingistorture.org/


NO AL DAKAR en ningún país de latinoamericana!!!

Denuncian que en 2012 el "Dakar" destruyó fósiles de ballena. Foto:  Museo Hönninger

Rally Dakar, o la moderna colonialidad

Como desde su arribo de África hasta América Latina, no se detienen las denuncias sobre los impactos del "Dakar" (sic). Entre los directos, que atraviesa por lugares valiosos por contener restos arqueológicos y fósiles. Para este año, la Defensoría del Pueblo de la Nación está recopilando nuevos datos sobre este tipo de impactos en las provincias. Y luego figuran los daños indirectos, como el gran consumo de energía fósil que contribuye al cambio climático. Sin embargo, se plantea aquí que el mayor perjuicio está a nivel cultural. ¿Qué cultura transmite este espectáculo deportivo?


Se presenta como una competencia deportiva o un espectáculo de masas. Moderno, híper moderno. A esta altura de los acontecimientos, en pleno siglo XXI, ya se sospecha que las retóricas modernas sirven para justificar cualquier avasallamiento tanto sobre sociedades consideradas "atrasadas", como las naturalezas, todo en nombre de la civilización contra aquella zona de barbarie. En un nivel académico, diversos autores como Walter Mignolo o Aníbal Quijano, entre otros, nos hablan de que toda Modernidad implica una Colonialidad. Y entonces, podemos ver mejor cómo el Dakar, como deporte espectacular, convoca subjetividades coloniales. La colonialidad no es colonialismo, sino la continuidad de sus estructuras a todo nivel, entre ellas la cultural.

En 2009, ComAmbiental ya publicaba "Al pueblo pan y Dakar" haciéndose eco de las denuncias de diferentes organizaciones socio-ambientales. En 2011, difundimos también un artículo que explicaba "Lo que el Dakar nos dejó (el pasivo socioambiental)", haciendo énfasis en el caso de Catamarca. En este 2013, las protestas se mantienen, ofreciendo como principal novedad que el trayecto se extendió al norte, hasta Perú, que es el centro de las culturas incaicas. Desde allí la Asociación Museo Paleontológico Meyer Hönninger denunció la destrucción de yacimientos fósiles de delfines y ballenas, mientras se teme que pueda pasar lo mismo con patrimonio arqueológico. Para volver a enfatizar la dimensión cultural, recuperamos un documento de Ecologistas en Acción de 2009, que puede suscribirse todavía hoy.

El Rally Dakar debe desaparecer
Ecologistas en Acción pide la suspensión del Rally Dakar 2009 por los destrozos ambientales que ocasiona y por la imagen que globalmente proyecta: la exaltación de una movilidad insostenible y de unos valores desfasados ante los retos ambientales y sociales que debe afrontar la humanidad. Asimismo, Ecologistas en Acción muestra su apoyo a los grupos ecologistas y sociales locales que expresan su rechazo a esta prueba mediante iniciativas o medios no violentos.
Ecologistas en Acción ha manifestado siempre su rechazo a la celebración del Rally Dakar por los numerosos impactos ambientales que ocasiona la celebración de esta competición en los lugares por donde transcurre. El tránsito de más de 800 todoterrenos, además de camiones y motos por recorridos en su mayor parte semivírgenes produce un severo impacto ambiental, directo e indirecto. A la contaminación atmosférica y acústica que producen, se une la erosión del suelo (cada 1.000 km recorridos por uno de esos vehículos fuera de los caminos supone la erosión de una hectárea de suelo), el efecto perturbador producido por ruido y luces sobre la fauna silvestre, etc.
El Rally Dakar ensalza sobre todo la imagen del todoterreno. Un automóvil con una alta capacidad destructiva y unos impactos que, aunque comunes a otros tipos de automóviles, se ven incrementados y concentrados en este tipo de vehículo. Su mayor volumen, gran peso y potencia, supone un mayor consumo de energía y unas mayores emisiones contaminantes, además de resultar más peligroso para el resto de usuarios de la vía pública.
Promocionar este tipo de vehículos vinculando su imagen con la “aventura” y el “descubrimiento” de la naturaleza es de una gran irresponsabilidad y supone un desprecio hacia los principales problemas en los que se encuentra inmersa la humanidad, entre los que destaca el cambio climático y la escasez de combustibles fósiles. Dos problemas a los que el uso injustificado de estos vehículos contribuye en buena medida.
El cambio del modelo de movilidad actual hacia otro que ejerza unas menores presiones sobre el medio ambiente y sea más saludable y beneficioso socialmente, es uno de los retos a conseguir por el ser humano en las próximas décadas para frenar la crisis ambiental y económica. En este sentido, la imagen ofrecida por el Rally Dakar es la opuesta a la que se necesita.
Ecologistas en Acción considera también inaceptable el despilfarro inadmisible y la ostentación hiriente que este tipo de competición representa en un mundo de profundas desigualdades sociales. Conviene recordar que a menudo las ediciones del Rally Dakar se realizan en las áreas más pobres del planeta.
Por último, destacar que el Rally Dakar no está exento de un trágico historial: con la reciente muerte del piloto francés en la actual edición ya son 56 el número de personas muertas durante su realización.



Por Eduardo Soler
fuente: http://www.comambiental.com.ar/2013/01/rally-dakar-o-la-moderna-colonialidad.html